| NOV 242016 El tiempo y el contexto donde se lleva a cabo la práctica sindical juegan un papel preponderante, apegarse a la misión y a la visión del sindicato es tan importante que implica ir haciendo ajustes en el camino de acuerdo a las condiciones externas e internas que se viven, esto hace que un sindicato evolucione y que el sindicalismo siga vigente. Todo lo que no se renueva muere poco a poco, y hacer lo mismo de siempre involuciona, es aquí donde tiene que ver mucho la capacidad, la visión y la inteligencia de quienes dirigen a un sindicato. Un sindicato no es solo para proteger laboralmente al trabajador, implica también propiciar un ejercicio digno de la profesión, de la tarea o del oficio y a la vez, potenciar el salario para llevar a cabo una vida digna, productiva y socialmente aceptable. Crecer culturalmente y evolucionar profesionalmente le dan personalidad e identidad a los sindicalizados. Organizarse sindicalmente es una necesidad de los trabajadores para ofrecer una mayor resistencia ante los embates del patrón, por eso, quienes dirigen el destino de un sindicato deben estar identificados con todos los miembros y ser electos por los propios trabajadores. La autonomía sindical debe ser una realidad que identifique al sindicato dándole independencia y autodeterminación. A medida que pasa el tiempo hemos visto cómo se han derrumbado muchos sindicatos, otros se debilitan día a día y algunos hasta han desaparecido. Algunos de los factores que han incidido para el deterioro sindical han sido: la división gremial, las pugnas internas, la corrupción, la coptación de dirigentes, la falta de visión, la escasa actualización sindical y no saber leer el momento, entre otras. Hemos llegado al punto en que el sindicalismo debe romper barreras e instalarse como una forma de vida en los agremiados, la realización de una práctica sindical con significado para todos los integrantes del sindicato asegura la viabilidad y la vigencia del mismo. Romper ataduras a viejos moldes y actualizarse en todos los aspectos de la vida, tanto profesional como sindical es fundamental para no morir, los cuadros de dirigentes deben estudiar y adentrarse en la comprensión de los fenómenos sociales, en el uso de las nuevas tecnologías, aprender a trabajar de manera colaborativa, saber moverse en entornos virtuales, conocer y comprender la legislación educativa, laboral y de seguridad social, propiciar de manera permanente el desarrollo personal de sus integrantes, apegarse a planes estratégicos para el cumplimiento de metas claras y atender en todo momento con calidez y respeto a los trabajadores que soliciten de un servicio. El sindicato protector y solapador de ineficiencias debe quedar en el olvido porque han sido las malas prácticas sindicales las que han ido desdibujando el sentido y la razón de ser de los sindicatos. Lo anterior no es un sueño, es una realidad que nos envuelve, es una necesidad urgente para mantener vivo el sindicalismo en México. La práctica sindical corrupta debe quedar atrás para cederle el paso a la transparencia y a la rendición de resultados, en todo momento debe buscarse la vinculación con la sociedad para no quedar aislados. El sindicalismo debe ser un ejercicio digno que identifique a la clase trabajadora. Ha llegado el momento de poner a prueba a lo que le hemos dado el nombre de convicción sindical. |