DIC 222014 Y sin embargo los resultados son pírricos. Tanto poder concentrando en un político pequeño le ha trastornado y lo ha llevado al cesarismo. A casi un año de designación como Comisionado la agenda crítica de Michoacán sigue siendo la misma. No aniquiló a la delincuencia organizada; no desmontó su poder financiero ni llevó ante la ley a los lavadores de dinero; no terminó de desarticular la red de protección política del narco y usó la información respectiva para maniobras políticas personales; no desmontó al ejército de sicarios y permitió que se diseminaran en todo el territorio estatal multiplicándose las bandas y propiciando nuevos cárteles; no depuró con eficacia las policías ni hubo transparencia en los procesos de control y confianza; otorgó credenciales de policías, uniformes, armas, vehículos y sistemas de comunicación a grupos de "autodefensa" denunciados como ligados al crimen organizado y con ello les dio patente de corso para asesinar y robar; trajo del estado de México a personal policiaco que no ha pasado las pruebas de control y confianza y que la ciudadanía denuncia como arbitrarios, voraces y corruptos; no saneó las finanzas públicas ni llevó ante la ley a los responsables del desfalco; no avanzó un ápice en materia de gobernabilidad, el estado sigue su ruta imparable hacia el caos; no hemos salido del estancamiento económico, siguen cerrando empresas y la generación de empleos es bajísimo; las instituciones no se han fortalecido: el ejecutivo estatal es una figura decorativa, inexistente, los gobiernos municipales han sido subordinados y algunos anulados; el sistema de justicia sigue siendo una vergüenza, incapaz de hacer valer su independencia y ajeno al clamor social de hacer valer el estado de derecho; el poder legislativo ha tenido un papel deplorable reducido a oficialía de partes de las ocurrencias interesadas del Comisionado y sus allegados. El accionar de la Comisión para la Seguridad y el desarrollo Integral de Michoacán es un desastre. Ni tenemos seguridad ni tenemos desarrollo integral. Esto lo sabemos y lo vemos a diario los michoacanos y apenas es creíble que la presidencia de la república tenga tal ceguera que no alcance a mirar la ineficiencia de quien lo representa en la entidad. El Comisionado Castillo es insostenible por sus adversos y antipopulares resultados. Allá el presidente Peña Nieto con su gris idea de que cambiar ahora es demostrar debilidad. Que no se rasgue después las vestiduras con el discurso de que el gobierno federal no lo sabía. El Comisionado tendrá que irse antes que los michoacanos fuercen su salida o bien ocurran nuevas tragedias por su omisión e ineficacia. Y tendrá que renunciar porque en los sangrientos eventos de La Ruana él forma parte del problema y por ética elemental debe dejar el cargo para que sea investigado junto con quienes tenían mando y jurisdicción en la zona del conflicto. Pero también tendrá que irse la estrategia hasta ahora aplicada. La figura de Comisionado debe desaparecer y reformarse el decreto respectivo para reconstituir la soberanía estatal. Debe retomarse punto a punto la agenda pendiente en materia de seguridad y de desarrollo integral y asignar a las instituciones federales y estatales constitucionalmente establecidas las funciones extraordinarias que al respecto deben desarrollar a partir de un esquema de coordinación presidido por los poderes soberanos del estado de Michoacán y el ejecutivo federal. Nunca más una estrategia anticrimen que pisotee la soberanía estatal. Nunca más un gobernador vasallo. Nunca más una estrategia anticrimen incompleta. Nunca más un plan para el desarrollo integral fincado en la demagogia. Nunca más una sociedad engañada y entregada a las garras de la delincuencia, pero tampoco entregada a la rapiña de corporaciones policiacas corrompidas. |